miércoles, 19 de enero de 2011

Vamos a punguearle a esta vida amarreta un ramo de sueños.

No tires la toalla que hasta los más mancos la siguen remando.

Nunca dejo que un ángel haga un nido en mi almohada pero me acuerdo tarde, mi amor.

Hoy me siento a la sombra de tus piernas dormidas y le converso a mi insomnio de vos.

Y como los fantasmas del recuerdo, salen de noche a patotearte.

Es tan fácil perderse en las calles del miedo no me sueltes la mano, mi amor.

Mi casa es un desastre sin tu risa, no me dejaste ni las migas, a cara de perro estoy extrañándote.

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